Existe una asombrosa historia
que explica los gritos que de noche suenan:
la historia es de un árbol gritón
que aullaba por una muleta.
A simple vista parece un árbol normal.
Robusto, verde, que buena sombra da.
Así es como los demás lo ven de día,
pero es de noche cuando la cosa varía.
El árbol está triste y de noche llora,
Grita, balbucea, cualquier cosa se queda corta.
Lo hace a oscuras para que nadie pueda verlo
y la noche es larga, en eso estamos de acuerdo.
Aunque su llanto es tan agudo y ensordecedor
que asusta a cualquier ser que preste una leve atención,
colocáronle a su alrededor una barandilla, por si acaso.
“Esto es más humillante todavía” se repetía el árbol.
Está enfadado, ofuscado. No quiere llevar la muleta.
Sabe que la necesita pero prefiere conservar la estética.
Con ella cree parecer más anciano y dependiente
aunque se la colocaron cuando aún era joven.
Es por eso que el árbol está amargado y lleno de pena,
y quiere huir, dejar atrás la barandilla y la muleta.
Por eso lleva años retorciéndose, deseando escapar.
¿Veis esas ramas torcidas? Son signos de volverlo intentar.
Ahora ya conocéis la historia
que explica los gritos que de noche suenan.
Quedaos bien con el aspecto del árbol,
quizá en algún tiempo lo veáis en otras tierras.
Ángela Valencia
No hay comentarios:
Publicar un comentario